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  • Foto del escritor: Dr. Victor Manuel Arteaga
    Dr. Victor Manuel Arteaga
  • 12 sept 2020
  • 1 Min. de lectura

La primera consecuencia del ruido es la pérdida auditiva. La exposición al ruido es acumulativa. Esto significa, por poner un ejemplo, que los decibelios que provoca el tráfico se suman a los decibelios de los ruidos de los bares y los que proceden de los auriculares, si los utilizamos. La acumulación de decibelios puede dañar la salud auditiva provocando la pérdida auditiva.

Pero la pérdida auditiva no es la única consecuencia del ruido.El ruido provoca estrés, nerviosismo e irritabilidad. Los residentes cuyas viviendas se encuentran en zonas de bares o pubs, se ven obligados a reforzar el aislamiento de muros y ventanas para poder descansar por la noche. Estar expuesto a una situación continua de ruido nocturno provoca que los niveles de estrés se disparen. Un nivel de alerta continuo puede provocar problemas cardiovasculares, digestivos e incluso, psicológicos.

Así que, a pesar de que el estado de confinamiento del que ya empezamos a salir, ha sido estresante para una parte de la población, para otra ha supuesto un verdadero descanso para los oídos y ha contribuido a que hayan podido disfrutar de una mejor salud en general y auditiva en particular.

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